10.7.07

Market of Lemons

Antes de seguir con tecnicismos, comentemos brevemente un juego sencillo. Se trata de dos personas, una que quiere comprar un automóvil usado y la otra que es quien lo vende. El vendedor pide 20 mil dólares por el vehículo, y el comprador debe decidir qué hace.

Razona para sí: "si el auto está en buen estado, 20 mil es un precio justo, pero si debo arreglarle el motor, eso me saldría 10 mil, y por lo tanto debería pagarlo sólo 10 mil."

Entonces, ¿qué debería hacer? La respuesta natural es contraofertar, proponer un nuevo valor. Observemos que hay un punto en el que ambos están de acuerdo: el auto en buen estado vale 20 mil. Pero hay otro punto en el que no están de acuerdo: ¿cuál es el estado del auto? Si está perfecto, vale los 20 mil, pero si no lo está, el comprador puede perder 10 mil dólares para arreglarlo.

Una solución razonable -desde el punto de vista del comprador- es ofrecer 15 mil. Después de todo, está comprando casi al azar, y reparte así con el vendedor los diez mil que están en dudas: si está perfecto, el comprador gana 5 mil, si tenía que arreglarlo, pierde 5 mil.

Pero esta solución no lo es desde el punto de vista del vendedor. Él sabe cómo está el automóvil, y si vale más de 15 mil, no lo venderá.

Y el comprador, que no es tonto, advierte ésto, con lo cual sabe que si el vendedor le acepta el precio de 15 mil, es porque el autómovil vale eso o menos.

De golpe, observamos que la clave es que la diferencia entre ambos es la información que se tiene sobre el estado del automóvil. Comprar un automóvil usado es un juego de información asimétrica, donde un jugador (el vendedor) tiene ventaja sobre el otro.

La historia de este análisis es apasionante. Por ahora, digamos solamente que su autor, George Akerlof, terminó ganando el premio Nobel de economía por él.

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2 Comments:

Blogger Lobo said...

Está interesante el análisis, aunque sólo hayas puesto unas pinceladas...

Supongo que será absurdo preguntarte sobre qué oferta darías porque ya conoces el análisis sesudo de Akerlof ¿Existe la posibilidad del regateo, o el comprador sólo tiene la opción de realizar una única oferta? Por lo que parece deducirse del post no, pero el análisis se volvería totalmente diferente

julio 11, 2007 2:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

se puede regatear, lo malo es que cada vez que el comprador hace una oferta, se retiran de la venta los bienes que valen más del precio que él propone. De esa manera, termina ofertando 10 mil, y sólo quien tiene un auto que vale 10 mil lo vende (sólo se venden 'lemons')

julio 11, 2007 4:13 p. m.  

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